Cuando decidimos iniciar algo que nos mueve de nuestra zona de comodidad, vendrán a nosotros varias compañías, algunas vendrán para darnos fortaleza y motivación y otras serán como esas visitas que no deseamos y que cuesta que se vayan.
Hablo de esas vocecitas internas con sus insistentes “no puedo”. ¿Te ha pasado?, ¿Las has escuchado? Pues yo sí… y últimamente mucho más desde que inicié el RETO. Dan vueltas en mi cabeza sin parar, no entiendo como tienen tanta energía. Hay días en que puedo silenciarlas un poco y hay otros momentos que me vuelcan la cabeza y me debilitan mis intenciones y acciones. Procuro estar muy atenta para no caer en su juego, porque no quiero competir, ni luchar con ellas, prefiero negociar, hablar, porque creo que de esa manera lograré mi calma.
…ser consciente de que están ahí y que son parte de mi crecimiento…
Las voces de los “no puedo” cuando se instalan y no logro silenciarlas o negociar, son bastante duras y hacen que mis ganas se vean amenazadas. Tienen frases como: “no puedo levantarme a caminar”, “no puedo bajar de peso”, “no puedo dejar de comer dulce”, “no puedo meditar”, “no puedo tomar agua”, podría seguir con una lista bastante larga. Esas voces, pueden ser muy crueles si las dejamos entrar y si las dejamos que hagan con nuestra mente lo que quieran.
¿Qué hago para silenciarlas y negociar con ellas?
Primero que todo ser consciente de que están ahí y que son parte de mi crecimiento, al tener clara su presencia puedo escucharlas y dejarlas pasar, procuro no entrar en conflicto con ellas, porque competir es darles más valor y fuerza, así que poco a poco las voy ignorando. No desaparecen, o al menos, en mi caso no veo que tengan ganas de irse. Aunque irónicamente estas voces me han dado impulso porque me retan, me desafían y aprovecho para dejarles claro que YO SI PUEDO.
Enfoquemos nuestra energía en lo que nos haga crecer.
Si me pidieras un paso a paso de cómo bajarles el volumen a esas voces, te diría lo siguiente.
- Se consciente de que están ahí.
- Escuchalas.
- No entrés en conflicto con ellas.
- Agradeceles su presencia.
- De manera consciente deciles: YO SI PUEDO.
- Ejecutá una acción inmediata que les demuestre que vos sí podés. Este último punto se vuelve el más importante, porque cuando hacemos y no nos dejamos manipular por esas voces, las debilitamos.
Somos nosotros mismos los que decidimos cuanta importancia le damos a estas voces, a esos pensamientos que ingresan sin invitación, de una manera muy tranquila empecemos a ignorarlas y poco a poco tal vez, se desvanezcan. No entremos en lucha, ni reproches porque posiblemente eso las intensifique. Seamos conscientes de su presencia, seamos más inteligentes que ellas y enfoquemos nuestra energía en lo que nos haga crecer.
Me gustaría que me contés que hacés para calmar esas voces de los “no puedo”. Dejame un comentario abajo. ¡GRACIAS!