La mujer que sana

La mujer que sana?

?Carta #5

A la Mujer que sana.

Días atrás hice un viaje, al que llegué queriendo descubrirme, obtener respuestas e incluso pretendiendo reclamar lo que en algún momento pensaba que me faltaba. Ese primer día del viaje lo inicié como una niña pequeña que extrañaba el cariño de su mamá, tuve la suerte de que 2 bellas luciérnagas me encontraron y cada una me tomó de la mano y me llevaron amorosamente por un camino que en ocasiones era oscuro y misterioso, pero como ellas eran luciérnagas, su luz alumbraba el camino para que pudiera ver por donde tenía que seguir mis pasos y fue así, como su luz me acompañó para no desistir del viaje que ya había iniciado.

Pasaron los días y yo iba creciendo y pude visualizar la vida de las mujeres tan maravillosas que son parte de mi clan femenino, esa tribu que ha sido parte de la historia de mi linaje, esas mujeres que estregaron su piel para que las generaciones que iban llegando después de ellas conocieran de que están hechas. Mi lazo más cercano con este clan es mi madre, quien tomó decisiones, correctas o incorrectas, ahora ya no es importante, lo que realmente importa es que ella aceptó ser mi madre cuando yo la escogí para venir a este mundo. Mi madre hizo su propio recorrido, el cual fue el preámbulo para que yo estuviera hoy aquí, liberando patrones, cortando mandatos familiares y remendando nuestro lienzo para que las futuras generaciones tengan con que abrigarse mientras hacen su recorrido por esta vida.

Cada carta escrita durante este viaje se convirtió en una herida sanada, en un propósito para seguir mi vida, en una enseñanza que agradecer, en un argumento de aceptación y una liberación de mi alma. El camino que recorrí durante varios días me ha permitido crecer y tomar lo mejor de la herencia que mis ancestras me dejaron, hoy soy una mujer llena de fortaleza, sabiduría, resiliencia, determinación, hoy camino liviana y con un corazón lleno de amor que se puede dar el permiso de llorar cuando necesite llorar o reír cuando necesite reír.

Me siento plena y ahora puedo ver la relación con mi madre, como la mujer completa y libre que soy. No voy a negar que extraño su presencia física y que hay momentos de mucho dolor, eso es solo porque la extraño como humana que soy, no porque resienta algo o porque piense que algo tenemos pendiente.

Hoy renací y logré cortar esas cuerdas del pasado llenas de carencias, reproches y resentimientos, hoy me abrazo, me materno, y me reconozco completa. Me doy la bienvenida a mi nueva yo y me permito crear el futuro que sueño y merezco, sin mandatos impuestos. Me desapego de cualquier herencia de dolor y suelto compromisos obligados para permitirme recibir tranquilidad, valentía, amor propio, aceptación, alivio, esperanza, suficiencia y a la vez, me conecto con mi ser auténtico. Me siento como un globo, liviana y puedo volar alto y llegar hasta donde el infinito me lo permita.

Mami no me debés nada, ni yo te debo nada, hoy agradezco la relación que tuve a tu lado mientras estabas con vida, acepto y amo la relación que se transformó en energía y honro el vínculo que nos unirá para la eternidad.

Perdono, me perdono y suelto desde el amor, la gratitud y la compasión. Me siento sostenida por mi clan femenino que hoy sanó y rompió ataduras.

Las amo y me amo.

Pauli.

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